El Asesinato de Dios: Alegoría a la Gloria
ALEGORÍA A LA GLORIA
Al ver juegos de antaño
-es duro decirlo, pero es así-
nos estrepitamos en ese lecho de suerte,
durante nuestros largos.
Esas especies de mentes
-llamadas en cuanto a su ágil instinto-,
libertarias incesantes al “tú hostil”
aunque cesarias que sacan a relucir
tu bien más creador.
Y dices tú de nós,
-que no has acompañado-
cuanto aquellos que venerabas
siendo siervos de la muerte
serán la desgracia en sí.
Por tu suerte aparente
en lo contado por tu cáliz,
que serás maldito ascético
y novelesco de los bosques.
Y querría conoceros, aunque fuera escéptico
-que por muy cuenta vuestra seremos así-
queriendo, a través de los sombríos canales,
un solo momento en el que, a solas,
podamos agilizar la cuenta:
¿Es la cabeza aquella demente,
o solo la mía en tu éxtasis
-mientras ríes-
cuando tenemos el apogeo?
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