Corralito. El Despertar.
Trigo, manzanas y líderes en una cesta,
comerciando casa por casa por la avenida.
Sales minerales de roca junto a azufre dan color,
y vecinos sin amigos sufren y callan el dolor.
El poblado prospera: hay algodones dorados.
Mientras el árbol más viejo es desahuciado de sus hojas.
El líder comercia con la plebe,
algodones bronceados para ellos,
y dice no ver esclavos.
Tras la tormenta de bolas heladas del espacio
hogares sin tejado han quedado libres,
y los viejos sabios viven ya fuera del campo,
donde no hay naturaleza
pero si hay trabajo.
“Los algodones absorberán el agua creando un invencible tejado”.
Aquel pobre ajusticiado por idear,
nunca más hablará.
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